Cosas que te dicen cuando haces esgrima antigua

Creo que todo el mundo que me conoce lo sabe (de hecho admito que gusta contarlo): estoy aprendiendo el noble arte de la Verdadera Destreza. Es decir, hago esgrima antigua. Si para muchos ya resulta insólito que me dedique a dar espadazos por deporte, para la mayoría lo es más que siga unas enseñanzas que datan del siglo XVII.

Lo curioso es cómo la gente muestra su sorpresa. No olvidemos que en este bendito país que es España es una tradición no escrita tratar de responder con algún tipo de ingenio a aquello que resulta sorprendente. Tampoco olvidemos que la mayoría de la gente no es precisamente original en el uso del ingenio. Vamos, que al mencionar la práctica del arte marcial en cuestión, me he encontrado con varias respuestas tipo… y la mayoría de las veces me he encontrado con la intención de responder algo igualmente ingenioso; cosa que no he hecho por educación o, como se diría en francés, por simple paso del l’esprit de l’escalier. Paso a enumerar algunas en negrita y a poner en cursiva la respuesta que me hubiera gustado dar.

1. ¿Dónde vas, Alatriste? A darte un buen corte, Malatesta.

2. (En el caso de que haya dos interlocutores) Tú con este ten cuidado. Sí, porque con el que te habla no hay nada que hacer.

3. ¿Y esa espada tiene filo? Sí, cuando yo llegué éramos 120 en clase y ahora quedamos vivos tres. 

4. ¿Pero también lleváis máscara? No, es un colador. En realidad en clase llevamos sombrero de ala ancha con pluma. 

5. ¿Para esto vale la espada de adorno que compré en Toledo? Si quieres también puedes usar la espada de la boda. No hay problema.

6. (Al ver el parche con la cruz de Borgoña) ¿Allí sois carlistas? En este caso la mejor respuesta es la indiferencia y el silencio.

Seguro que me dejo algunas preguntas y que otras estarán por llegar. Estas, desde luego, son las más comunes. Espero con ellas no haber resuelto dudas, que para eso está la iniciativa informativa propia. Este post ha sido más bien para desahogarme, cosa que espero que comprendáis.

La visita de McFly y la desilusión futura

Vaya por delante que no tengo muchas esperanzas en 2015. No me refiero a cuestiones políticas, económicas o sociales, que eso ya lo di por perdido hace tiempo.

Me refiero a la desilusión que produce haber creído una promesa y darte cuenta de que no va a ser realidad. Por supuesto, y como tanta otra gente de mi generación, me refiero a las expectativas creadas por “Regreso al futuro II”.

Ya estamos en 2015 y, pese a que habrá zapatillas con cordones robóticos, parece que no veremos ropa que se seque sola, ni patinetes voladores, ni coches que hayan sustituido las ruedas por levitación. Ya me he rendido, sé que no va a ser posible; sin embargo hay gente que piensa recibir al pobre Marty McFly el próximo 21 de octubre de 2015. ¿Por qué siguen empeñados en ello? No digo que el pobre Marty sea un personaje de ficción (nadie me ha demostrado lo contrario), me refiero a que dado el universo en el que estamos esa visita no podría producirse. Voy a explicar mi teoría.

1. Según la película hay varias líneas temporales: aquella en la que los McFly son unos prigados, aquella en la que los McFly son unos ganadores, aquella en la que Biff es un mandamás corrupto, y aquella resultante de los acontecimientos de 1885.

2. El “2015 guay” correspondería a aquella línea temporal en la que los McFly son unos ganadores.

3. La línea temporal de los McFly ganadores se ve alterada desde su propio futuro cuando Tannen se da a sí mismo el almanaque deportivo, creando la línea temporal del Biff mandamás; así que la  línea temporal del 2015 guay quedaría abortada desde el 1955 en el que el Biff anciano y el joven coinciden.

4. Se supone que la línea del 2015 guay quedaría reestablecida en el mismo momento en el que Marty le quita el almanaque a Biff, peeero…

5. Esta línea vuelve a quedar alterada cuando Marty decide viajar a 1885 para salvar a Doc; pues:

a) Aprende una valiosa lección: no mosquearse cuando le llaman “gallina”

b) Evidentemente Doc no muere.

c) Clara Clayton no muere en el barranco, que pasa a ser conocido como “barranco de Eastwood”.

6. Por tanto ese 1985 al que vuelve Marty tras lanzarse por el precipicio no es el mismo que el 1985 surgido de los acontecimientos de  la primera parte  de “Regreso al futuro”.

Vale, bien. Establecidos estos puntos debemos tener en cuenta que…

I) Marty ya no se dará la leche padre contra el Rolls, no se lesionará la mano y podrá dedicarse a la música o cualquier cosa antes que ser oficinista en Fujitsu. Así que podrá enseñar a sus hijos que ante una provocación es mejor pensárselo dos veces y recular.

II) Doc ahora estará viajando en plan familiar por el tiempo en su locomotora steampunk y con la conciencia de que no puede alterar el futuro tan alegremente.

III) El DeLorean fue destruido en el 1985 siendo un cacharro del siglo XIX.

Ahora volvamos a ese 1985 guay surgido de los acontecimientos de la primera visita  a 1955. Esa línea es la que supone que continúa con el 2015 de los coches voladores: según “Regreso al futuro II” sabemos que Marty ha sufrido un accidente con un Rolls que le ha dejado la mano inútil para tocar la guitarra.

Muy bien. Nos podemos imaginar a un Marty fracasado y resentido que no ha podido triunfar en la vida. ¿Qué puede hacer? Quizá aprovecharse de lo sabe del futuro (veremos esa tendencia cuando compre el almanaque deportivo) para medrar. Ha visto numerosos ingenios del futuro, ¿por qué no ponerse a trabajar para una empresa tecnológica y empezar a registrar patentes de lo que sabe que triunfará en el futuro? En cierta manera es algo así como “la paradoja Terminator”

También sabemos que, pese a las buenas ideas del aprovechamiento del futuro en el presente que tiene, a Marty le falta le falta la malicia de Biff para usarlas. Así que es muy probable que Fujitsu se las arreglara para aprovechar las ideas de Marty (que no sabe nada de ciencias) y no pagarle nada por las patentes.

¿Es probable entonces que Needles reclutara a los resentidos de Fujitsu para llevar a cabo el intento de estafa que acaba con el despido de Marty y el fax cuyas letras desaparecen cuando McFly madura?

Dicho esto supongo que ya veis por dónde voy. Cuando Marty vuelve de 1885 como un hombre sensato, vemos que el accidente del Rolls no se produce, por tanto McFly no acaba trabajando para Fujitsu ni traficando con sus conocimientos sobre el futuro. Vive la vida feliz, con sus hijos, su mujer y quizá siendo un productor musical… y nosotros nos hemos quedado sin los artilugios molones.

A lo mejor podría haber viajado a nuestro futuro y hacerse rico con Internet y otras cosas (que no citan en el 2015 de “Regreso al futuro II”) pero, ¿cómo lo iba a hacer si Doc está por ahí dando vueltas con una locomotora voladora?

En fin, chicos y chicas. Sé que hay un montón de flecos en esta teoría y otras cosas que quedan en el tintero. Pero a lo que vamos… ¡No perdáis el tiempo esperando a Marty McFly! Quizá esté en su casita de Los Ángeles riéndose de nosotros mientras escucha la música de alguna megaestrella cuya carrera ha lanzado.

 

Da Vinci, su bici y los sabios ignorantes

Han pasado ya tres años desde que fui a aquella exposición sobre Leonardo da Vinci en el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid, pero -lo que son las cosas- sigo reflexionando mucho acerca de ella.

Me llamó la atención la cantidad de gente que había pese a que, todos lo saben y hasta hay quien presume de ello, los españoles no somos muy dados a la cultura. Quizá se tratase de una de esas veces en las que al público le da un venazo y se vuelve loco con una muestra de algún genio.

Parece que me quejo; pero juro que me parece bien que pasen este tipo de cosas: mejor hacer cola para ver a Leonardo que formar un tumulto para ver a Belén Esteban presentando una línea de ollas y sartenes en el Carrefour (juro que lo vi).

Sin embargo había algo que me pareció un poco triste; y fue ver cómo bastantes de los asistentes iban a ver la exposición de una manera un tanto, con perdón, “cateta”: me refiero a aquellos padres que parecían llevar a sus hijos; pero que no prestaban atención a las obras, como si el “que inventen ellos” de Unamuno se hubiera transformado en un “que se formen ellos”.

Igualmente me refiero a aquellos que iban de adoradores de Leonardo, pero en realidad sabían más bien poco de él. Un ejemplo: recuerdo que el punto fuerte de la muestra era la reconstrucción de los ingenios del autor -ya sabéis: artilugios voladores, paracaídas, máquinas de guerra… -; por supuesto estaba el montaje que nunca puede faltar cuando se habla del genio, la dichosa bicicleta que se adelantó a su tiempo. Bien, uno de los visitantes se paró ante el artilugio y dijo extasiado, casi con lágrimas en los ojos, “él ya lo había hecho”; por supuesto no había leído la nota en la que se explicaba que realmente da Vinci no había diseñado ninguna bici, sino que había diseñado los elementos que, en su conjunto, habrían formado una.

Para rematar esa sensación que se podría resumir en “¿pero esta gente de qué va?” citaría que a unos pocos metros había un artilugio que Leonardo diseñó para que los relojes no se atrasaran; por supuesto nadie le hacía y caso y los pocos que leían cuál era la función del objeto apartaban la vista diciendo “no me he enterado de nada”. Igual me paso de pedante, pero el nivel de pensamiento abstracto que debió tener para crear semejante cacharro en aquella época me pareció más digno de admiración que una bici que muchos, incluso, consideran un fraude.

Lamentablemente no recuerdo mucho más de la exposición (yo y mi tendencia de ver el vaso siempre medio vacío); pero sí recuerdo la sensación a la salida, un sentimiento de pena: nos creemos sabios, pero no somos más que ignorantes que leen las primeras líneas de un folleto, crédulos que prefieren la maravilla deslumbrante al análisis detenido. En fin… gente que se asombra al ver algo tan sencillo como dos ruedas y una cadena; pero ve con escepticismo e indiferencia lo que realmente es complejo, lo que le obligaría a perder su valioso tiempo aprendiendo.

Experimentar las campanadas de Canal Sur

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La tragedia no se comprende a menos que estemos en la piel de aquellos que lo sufren. Por eso hoy os propongo la primera catarsis del año… Aquí tenéis el vídeo de las campanadas fallidas de Canal Sur. ¡Tomad vuestras uvas y experimentad la tragedia!

¡Buen 2015 y feliz Catunambú!